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La locura de los que aún resisten

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Introducción

El futuro siempre ha sido un tema recurrente en la ciencia ficción. Los autores han imaginado todo tipo de mundos, desde utopías hasta distopías, pero en todos ellos el futuro ha sido el eje central de la historia. En este artículo voy a explorar una posible versión de nuestro futuro, uno en el que la resistencia a los cambios tecnológicos ha llevado a una sociedad fracturada y al borde de la locura.

El inicio de la resistencia

Todo empezó con el advenimiento de la inteligencia artificial. La tecnología avanzó a pasos agigantados y pronto se hizo evidente que muchos trabajos que antes eran realizados por humanos podían ser automatizados. La inteligencia artificial fue capaz de hacer lo que antes parecía imposible. Los robots empezaron a sustituir a los trabajadores, mientras que los algoritmos suplantaban a los abogados, médicos y otros profesionales.

La reacción de la gente

A medida que la gente se daba cuenta de que sus trabajos estaban en peligro, comenzó a protestar contra la tecnología. Los trabajadores de las fábricas se manifestaron en las calles, pidiendo que se detuviera el avance de la robótica y la inteligencia artificial. Los abogados y médicos no estaban dispuestos a permitir que un programa de ordenador tomara sus decisiones. La reacción de los gobiernos no fue muy diferente. Decidieron crear leyes para frenar el avance de la tecnología. Se establecieron cuotas de empleo para los trabajadores humanos y se prohibió el desarrollo de la inteligencia artificial. Se crearon grupos de resistencia que propugnaban la lucha contra la tecnología.

Los problemas comenzaron

La resistencia llevó a una fractura en la sociedad. Los robots y la inteligencia artificial se quedaron en manos de las empresas que estaban dispuestas a saltarse la ley y a seguir desarrollando tecnología. Mientras, la mayoría de la población se vio atrapada en trabajos mal pagados y precarios. Al mismo tiempo, un pequeño grupo de personas comenzó a experimentar con la tecnología prohibida. A medida que la tecnología avanzaba, las diferencias entre los que la usaban y los que la rechazaban se hacían más grandes. Los que estaban en contra de la automatización se sentían cada vez más marginados, mientras que los que la apoyaban se volvían más ricos y poderosos.

El comienzo de la locura

La sociedad se volvió más y más fracturada con el paso del tiempo. Los que se oponían a la tecnología, se volvieron más radicales y comenzaron a realizar actos de sabotaje. El fuego se convirtió en la nueva forma de lucha. Mientras tanto, los que la apoyaban se volvían cada vez más ansiosos por mantener y mejorar su posición. La tecnología se convirtió en una obsessión, en un objeto sicológico que muchos no podían dejar de lado. La sociedad se dividió en dos bandos irreconciliables. La violencia se convirtió en algo cotidiano. Los gobiernos se mostraban incapaces de mantener la paz. La locura se convirtió en algo normal.

Los grupos más radicales

Entre los grupos más radicales, surgieron nuevas ideas, nuevas formas de vida. La idea de que la tecnología era el problema comenzó a ser abandonada. La nueva teoría era que el problema era la humanidad misma. La lucha no era contra la tecnología sino contra la humanidad. La idea de que la humanidad era el enemigo comenzó a cobrar fuerza.

El fin de la resistencia

La resistencia llegó a su fin cuando los grupos radicales comenzaron a experimentar con la ingeniería genética. La nueva tecnología permitió crear seres humanos más fuertes, más inteligentes, más resistentes a las enfermedades. El nuevo hombre, el hombre mejorado, se convirtió en el objetivo de los grupos radicales. La humanidad se dividió en dos, los humanos y los mejorados. La tecnología llegó a su culminación, pero el precio fue la locura. Una locura que nadie podía entender o controlar.

Conclusión

El futuro nunca es totalmente predecible. Pero lo que sí es cierto es que la resistencia a los cambios tecnológicos siempre ha habido y seguirá habiendo. Nuestro mundo futuro puede estar lleno de promesas, pero siempre habrá aquellos que se resistan a ellas. La locura puede ser una de las consecuencias, y es importante considerar esto mientras avanzamos con la tecnología.