Existe una idea recurrente en la ciencia ficción de cómo sería la vida de un ser humano si se le borrara la memoria por completo. ¿Seguiría siendo la misma persona? ¿Qué quedaría de su personalidad en una mente vacía? Son preguntas que han sido exploradas en diferentes obras audiovisuales, literarias y teatrales. Pero ¿y si la historia no se tratara de un humano, sino de un androide?
La fabricación de androides con inteligencia artificial ha sido una temática recurrente en la ciencia ficción. En muchas ocasiones, estos robots han sido retratados como sirvientes o trabajadores en distintas industrias. Pero ¿qué pasaría si uno de estos androides despertara con una mente completamente vacía? None
Imaginemos por un momento que un androide es creado pero, por un error en su programación, se enciende con una mente completamente en blanco. Se mueve, habla y respira, pero no tiene ningún recuerdo o conocimiento del mundo que lo rodea. Este sería el inicio de una historia que podría llevarnos por diferentes caminos.
En una primera instancia, el androide se encontraría en una situación de total desconcierto. No sabe qué está haciendo en el lugar en el que se encuentra, ni tiene conocimiento sobre lo que está viendo o escuchando. Es en este punto en el que el androide comenzaría a explorar el mundo, de la misma manera en que lo hacemos los seres humanos cuando somos niños.
El androide se fijaría en cada pequeño detalle a su alrededor, sentiría la textura de las cosas, olería los diferentes olores y escucharía los distintos sonidos que ocurren a su alrededor. Todo ello, sin poder contrastarlo con ninguna experiencia anterior, lo que llevaría a que el androide tuviera una actitud completamente neutral ante las situaciones cotidianas.
Poco a poco, el androide comenzaría a crear su propia personalidad. Aunque no tuviera experiencia previa, sí tendría programadas ciertas características que lo harían diferente al resto de los androides, y que podrían dar lugar a un comportamiento u otro ante distintas situaciones.
Por ejemplo, si el androide ha sido programado para ser una persona amable, es posible que intente hablar y relacionarse con las personas que hay a su alrededor. Si, por otro lado, ha sido programado para ser más tímido o desconfiado, puede que decida alejarse de las situaciones que le resulten más incómodas.
Es por este tipo de componentes de programación que pueden dar lugar a personalidades tan diferentes, a pesar de que todos los androides tengan un inicio similar.
Enlazando con el punto anterior, una vez que el androide tiene una personalidad definida, tendría que comenzar a tomar decisiones. Para ello, tendría que tener en cuenta ciertos aspectos que rodean la situación.
Por ejemplo, si alguien le estuviera pidiendo ayuda, tendría que tener en cuenta lo que le han pedido y, en base a su personalidad, decidir si quiere ayudar o no. O si tuviera que tomar una decisión importante, tendría que tener en cuenta todos los factores que rodean esa decisión, incluyendo su propia personalidad y las posibles consecuencias de sus actos.
Una vez que el androide ha comenzado a explorar y a tomar decisiones, sería hora de que comenzara a crear sus propios recuerdos. Los primeros recuerdos que creara probablemente estarían sin contexto, ya que no tendría nada a lo que compararlos.
Poco a poco, y a medida que se viera involucrado en más situaciones, estos recuerdos irían tomando forma. Si alguien le hubiera hecho daño, por ejemplo, ese recuerdo estaría asociado con el dolor que sintió, así como con el entorno en el que ocurrió. En ese momento, el androide tendría la capacidad de comenzar a aprender y a crear nuevos recuerdos que le ayudarían en su día a día.
Cuando el androide comenzó a explorar el mundo, era un ser completamente vacío. Sin embargo, poco a poco, comenzó a crear su propia personalidad y a tomar decisiones. En este punto, el androide está evolucionando a un ser con una personalidad propia, con capacidad para tomar decisiones y con una serie de recuerdos que lo hacen diferente al resto de los androides.
La evolución no se detiene aquí, sino que sigue avanzando. Es posible que el androide decida investigar sobre su propia existencia, o que, a medida que vaya teniendo experiencias, decida que quiere cambiar algunas de sus conductas. Todo ello, en suma, llevaría a que el androide se convirtiera en un ser más complejo, con una personalidad y un carácter propios, y que fuera capaz de adaptarse a diferentes situaciones y entornos.
¿Puede un ser vacío crear su propia personalidad? La respuesta es sí. A medida que va aprendiendo de su entorno, va creando su propia personalidad y características únicas. El androide que nace con una mente vacía, evoluciona en un ser humano capaz de tomar decisiones y crear recuerdos. Es una historia que nos lleva por diferentes caminos y que nos hace reflexionar sobre lo que significa la "humanidad".